En el circo de las grandes
desfilaban estampillas
con un tinte lujurioso
que invitaba a pasar,
como a niños en la lluvia,
a madrigales consentidos
bajo versos pendencieros
en busca de una verdad
Distinguí entre mis ensueños,
me adentré en ese circo,
donde hicieron los tatuajes
que mi ser adornan hoy
Aprendiendo los colores
de las sombras de sus luces
entendí que la locura
nunca podrá iluminar
Hoy recuerdo un empedrado,
talvez un banco de plaza,
donde no por mucho tiempo
me detuve a descansar
y a pensar como era el mundo
en la pista de ese circo
al que ya hace varios años
que no vuelvo a visitar
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